Los aceites más consumidos en España son el aceite de oliva y el aceite de girasol refinado. Esta realidad viene dándose desde varios años atrás y, aunque es cierto que el consumo de aceites de semillas se ha incrementado en los últimos años, parece complicado que el aceite de oliva abandone el primer puesto del ranking en el consumo nacional. El aceite de oliva es un producto natural y de calidad, cuenta con grandes propiedades saludables que lo convierten en uno de los alimentos estrella de la Dieta Mediterránea, pero hoy vamos a analizar en profundidad qué tipo de aceite es más utilizado y más beneficioso para la salud: ¿Aceite de Oliva o Aceite de Girasol?
Diferencias entre el aceite de oliva y el aceite de girasol
El aceite de oliva es un aceite 100% natural. Es zumo exprimido de aceituna. Se extrae en frío mediante procedimientos mecánicos, no se utilizan productos químicos durante su extracción ni producción, ni se somete el aceite a altas temperaturas, como sí ocurre durante el proceso de refinado de los aceites de semillas. Gracias a este sistema de extracción, el aceite de oliva mantiene intactos todas sus vitaminas y polifenoles. Mientras que, el aceite de girasol, se somete a procesos de refinado en los que intervienen determinados agentes químicos, lo que también provoca una devaluación de las propiedades del producto.
En cuanto a las propiedades de ambos aceites, cabe destacar el alto contenido en ácido oléico y ácidos grasos omega 3 presentes en el aceite de oliva. Existen evidencias de que estos ácidos grasos reducen la concentración de colesterol en las LDL o “colesterol malo”, y contribuyen en elevar los niveles de HDL o “colesterol bueno”. Por lo tanto son grandes aliados para nuestro sistema nervioso y nuestro corazón. Las grasas del aceite de oliva son monoinsaturadas, o lo que es lo mismo, totalmente beneficiosas para nuestra salud. Por su parte, en el aceite de girasol predominan el ácido linoléico y las grasas poliinsaturadas, parámetros no tan beneficiosos para nuestra salud cardiovascular.
Además, existe la creencia de que el aceite de girasol, sometido a altas temperaturas, tiene una vida útil más larga que el aceite de oliva. Nada más lejos de la realidad. El punto de humeo del aceite de oliva es mayor que el del girasol. Esto quiere decir que, en freidora, mantendría su calidad durante más tiempo que los aceites de semillas. Se ha comprobado que el aceite de oliva virgen extra puede soportar temperaturas de hasta 160 grados sin ver alteradas sus propiedades organolépticas.
El cuerpo y el color marcan claramente otras diferencias entre el aceite de oliva y el aceite de girasol. Siendo el primero verde intenso/dorado y con mayor cuerpo que el aceite de girasol, cuyo aspecto será más pálido, color blanquecino/amarillo muy claro.
Si a simple vista ya observamos diferencias entre ambos aceites, estas se acentúan cuando se trata de su sabor. Los aceites de oliva vírgenes extra y vírgenes, presentan unos matices muy variados y con una intensidad determinada: frutado, picante, amargo, dulce… Atributos positivos y muy valorados por todos los catadores y consumidores. En cambio, si hablamos de girasol, el aceite siempre debería de tener un sabor muy dulce y plano, propio de los aceites refinados.
Otro aporte del aceite de oliva es su riqueza en vitaminas A, D, E, y K, jugando un papel muy importante en el desarrollo de los niños. La propia sociedad española de pediatría recomienda que el aceite de oliva sea la principal grasa consumida durante el periodo de crecimiento del niño y, si es posible, durante el resto de su vida. Por su parte, el aceite de girasol es rico en vitamina E.
Consumo de aceites en España
Si nos remontamos al mismo mes de mayo pero del año 2021 y, según datos del Ministerio de Agricultura, la demanda doméstica de aceite aumentó ligeramente con respecto al mes anterior. Desde comienzos de este año (2021), se percibe, prácticamente, mes a mes, un crecimiento en el consumo de aceites en el consumidor nacional, ocupando los hogares con con hijos mayores, así como las parejas jubiladas o de adultos sin hijos, el primer puesto en la lista de consumidores.
En cuanto a regiones, las comunidades autónomas más consumidoras de aceite durante este periodo fueron Galicia, Illes Balears, Castilla y León, País Vasco, Principado de Asturias y Cantabria entre otras. Mientras que las menos intensivas fueron las situadas en la vertiente mediterránea como Murcia o Valencia. El mayor consumo per cápita corresponde a los matrimonios o parejas mayores de 60 años, quienes el año pasado consumieron una media de 22,3 litros por persona al año, mientras la media nacional fue de 12,6 litros por persona al año.
Consumo de aceite de oliva en España
Como ya se ha comentado, el aceite de oliva es la grasa más consumida en nuestro país. En los últimos cinco años, el consumo de este aceite se ha incrementado en 0,4 litros por persona, siendo hasta el momento el año 2020 el que ostenta el récord con un consumo de 8,9 litros por persona de media.
Según datos de la agencia estatal Mercasa, durante el año 2020, los hogares españoles consumieron casi 413 millones de litros de aceite de oliva, observándose una especial incidencia en los hogares sin niños y con un nivel de renta medio-alto y alto. Del mismo estudio se extrae que el consumo de aceites de oliva desciende entre los menores de 35 años y, especialmente, en los hogares con niños pequeños. Mientras que, por el contrario, aumenta en gran medida entre los consumidores de 60 años o más.
Teniendo en cuenta la zona geográfica, las ciudades que cuentan con más de 100.000 habitantes presentan un consumo mayor de aceite de oliva, mientras que en los núcleos de población más reducidos (entre 2.000-10.000 habitantes) los datos de consumo son algo menores. En este estudio también se analiza donde adquieren los españoles el aceite de oliva que consumen. El 59% de ellos recurren a los supermercados y casi un 2% lo compra directamente en cooperativas.
Consumo de aceite de girasol en España
El consumo de aceite de girasol refinado en España representa aproximadamente el 30 % del volumen total de aceite. Durante 2020 el consumo de este aceite de semillas se incrementó, alcanzando los 184 millones de litros. Aunque, como estamos viendo, el aceite más consumido en los hogares españoles es, y ha sido históricamente, el aceite de oliva, es cierto que el aceite de girasol esta muy presente en la industria agroalimentaria, siendo, por ejemplo, empleado como ingrediente o como conservante de carnes y pescados.
Aunque más del 60% del aceite de girasol que se consume en España proviene de la importación, según datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, en 2019 se produjeron en nuestro país 773.787 toneladas de este tipo de aceite. Cifras muy alejadas de las que habitualmente manejan los grandes países exportadores de aceite de girasol como Ucrania, con una producción de 4.500.000 toneladas de aceite de girasol al año.